12 marzo 2006

Cuentos Malvados


Comenzaba el verano de 1997 cuando un centenar de ideas malvadas, 99 ramalazos breves, cristalizaron en cuentos de apenas unas líneas. Los temas elegidos se escurrían, viscosos y huidizos, y reptaban sobre el papel el agua, engañosa y empapada de silencio, las voces insistentes que resuenan en cerebros perdidos, los cuentos de hadas, crueles por definición, los laberintos mentales en los que perderse, unos ángeles privados de alas y de espíritu, mariposas leves y arañas pacientes, espejos en los que ahogarse.
Ahora abro la caja de estos cuentos para que escapen y muerdan y arañen. Y, antes de que tras ellos vuele también la esperanza, cierro la caja, y las palabras.
Espido Freire.

Un espíritu bello, nada malvado, me hizo llegar esta fascinante obra,llena de dulce crueldad, que me ha cautivado por completo...De ella os dejo una muestra, algunos de los sorbos de dolor que más me conmovieron...

El Agua...Compadecía al hilillo de gotas que se perdía en el olvidado barranco, agotado por las hierbas largas que se cimbreaban en la orilla.Dejó su rio caudaloso y marchó al regato, y el agua siguió a la ahogada, y el regato creció, y todos eran felices.

Ángeles...Cayó del cielo con un ala de plumas blancas rota. Los niños le ayudaron a levantarse, lo rodearon sin dejar de observarle con admiración y luego lo apedrearon hasta que murió.

Las voces...Las voces le habían torturado aullando en su cabeza desde que era una niña. Ingresó en el sanatorio, pero las voces no se fueron. Decidó atravesarse los oídos con un punzón. Las voces la acogieron con algarabía, zumbando a su alrededor, y ella lloraba. Era una de ellas y no las oía.

Arañas y mariposas...Las mariposas se acercan y yo escondo mi cabeza entre las manos, aterrada, con el aleteo insidioso y multicolor en mis oídos cansados, apretada contra el muro; y sé que no hay escapatoria, que las mariposas está ahí y no se irán, y tras eso ya no hay nada más.

El espejo...Tras el espejo roto apareció la mitad de un mapa con tesoro. Rompieron el resto de los espejos. No encontraron nada, salvo un increíble número de años de mala suerte. Escondidas al otro lado del cristal, las voces se reían y celebraban la broma.

Los cuentos...Llamó por él durante toda la noche, gritando, pero el príncipe no regresó, y la rana saltó a la charca, llorando, sabiendo que el día había llegado, que alguien le había besado y su sapo de tantos años no volvería jamás.

Dentro del laberinto...Le entregó la madeja para encontrar el camino de vuelta, pero él tardaba. Ella esperó toda la noche. Esperó. Esperó hasta tener la certeza de que no regresaría. Suspiró y continuó hilando. De nuevo había calculado mal y la madeja había sido demasiado corta.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

jejejjjejee, buen libro si señor! a mi también me lo mostraron hace tiempo.

Besicos

10:29 p. m.  
Blogger MacVamp said...

Hace tiempo que quiero comprar algún libro de Espido, pero no he tenido la oportunidad y siempre le había echado el ojito a este precisamente. ¿Habrá alguna alma caritativa que quiera darme un regalo de cumpleaños retrasado?, hahahaha.

Un abrazo.

9:28 a. m.  
Blogger gabriel said...

quisiera saber donde puedo comprar este libro en David ChiriquÎ PANANA?
alguien me podrî decir

10:12 p. m.  
Blogger gabriel said...

nadie me va a decir nada?????????

11:07 p. m.  

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